viernes, 18 de noviembre de 2011

De lo que tengo miedo es de tu miedo


“De lo que tengo miedo es de tu miedo.” William Shakespeare

Temo tu miedo porque te atenaza. Tal vez tu no eres consciente pero no te permite pensar con claridad. Y sin esa relajación mental, necesaria para tu reflexión, te dejas convencer por quien augura que la oscuridad nos acecha. Sería mejor para todos que observases y escuchases a tu entorno sin prejuicios y sin la carga emocional del miedo ajeno, sólo contemplando desde tu propia experiencia y desde tus propias sensaciones.

El miedo, para quién lo sabe manejar, es un instrumento que le permite generar en ti una alerta, sin que haya una causa objetiva y por el mero hecho de ejercer un control sobre lo que haces y piensas . Es un arma invisible y sutil que se puede utilizar tanto contra el enemigo declarado como contra el supuesto amigo.

El que teme es un esclavo”, escribió Séneca y sabía bien de lo que hablaba, al igual que lo saben aquellos que quieren poder y autoridad sobre ti. Aquellos que hablan de protegerte en la misma frase en la que han sembrado en ti la semilla del miedo.


La política del miedo es hoy una estrategia del poder sobre las personas y es utilizada para que sientas constantemente en tu nuca el frío aliento de la amenaza. A diario recibes estímulos con el fin de que recuerdes que debes estar con los ojos bien abiertos y, junto a aquellos estímulos, siempre la sonrisa amable y las manos tendidas de quién promete protegerte.

Hoy nos avisan, como hicieron ayer, “¡que viene la derecha!”. Pero, este, es un juego de palabras. La derecha no puede venir porque nunca se ha ido.

Nos han vendido un marco pequeñito para enmarcar un lienzo muy grande, que por ser más amplio que el marco sobresale de un lado; Y nos han dicho que en la parte derecha del cuadro está la derecha y en la parte contraria está la izquierda, pero se les ha olvidado decirnos la derecha de qué y la izquierda de qué. Es decir, se les ha olvidado contarnos que lo que nos enseñaban era la derecha y la izquierda del interior del marco.

El marco son los medios con que el poder cuenta para mostrarnos la parte del cuadro que le interesa que veamos. Ahora sólo necesita utilizar un lenguaje descriptivo de esa parte del cuadro para que fijemos en ella nuestra atención y no distingamos bien los conceptos. Así tú, que estás tensa por las imágenes que te muestra el cuadro, no prestas atención y no te percatas de que a la izquierda del marco, está la verdadera izquierda.

Los protagonistas de la escena de nuestro marco son los actores principales de esta gran mentira orquestada para que tu veas, sientas y pienses lo que ellos quieren que veas, sientas y pienses.

Nuestro cuadro se titula “Democracia Española”. Es un paisaje tenebroso con dos señores con cara amable pero gesto preocupado: Uno se llama Mariano Rajoy y otro se llama Alfredo Pérez Rubalcaba. Ambos dos se encuentran enfrentados en escena pero representan la misma dramatización. Mariano, viste de oscuro y, su situación, a la derecha del cuadro te permite saber a qué atenerte. Sin embargo, Alfredo, el que se sitúa a la izquierda de Mariano desde nuestra perspectiva, viste de gris marengo y éste es un tono de gris que no queda bien a casi nadie, pero a él sí. Le queda bien porque lleva muchos años vistiendo así y lo luce cómodo. Y en ese traje, es capaz de decir cualquier cosa para infundir temor. Te dice cosas como "Cuando se lucha contra el bipartidismo, se fractura la izquierda pero la derecha no, y pasamos del bipartidismo al monopartidismo", además se preocupa, o eso dice, porque “la derecha se alce con el poder absoluto”.

Esta es la estrategia de la que hablábamos. Trata de confundirte, de infundir temor en ti a sabiendas de que mientras el miedo a quién hay en la derecha te mantenga pendiente del cuadro, no volverás la vista a la izquierda y no podrás comprobar que el verdadero cuadro titulado “Democracia Española” fue pintado de muchos más colores y con muchos más protagonistas. De esta forma , no podrás ver que tu también estás representada en esa obra.

Pero ahora ya tienes las claves. No dejes que el miedo te esclavice. Elimina de tu mente el marco obtuso y pequeño por el que te han querido hacer mirar, busca tu lugar y siéntete libre. Sin el miedo tu pensamiento lo es.


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