lunes, 27 de junio de 2011

EL CARÁCTER DE CLASE DEL MOVIMIENTO 15M


29S: Una huelga general de la industria
Muchos valoramos la huelga general del pasado 29 de Septiembre como un éxito, sobre todo porque no estábamos muy seguros de la respuesta que se iba a producir. Ahora bien, este análisis optimista iba acompañado de la constatación de una realidad: solamente había parado la industria.
Una vez más, el 29S quedó demostrado que la influencia de las centrales sindicales se encuentra especialmente en las fábricas, pero que es muy pequeña, a veces incluso inexistente, en muchas actividades del sector servicios, especialmente las más precarias y que se desarrollan en pequeñas empresas. Igualmente es un hecho que los autónomos y pequeños empresarios no solamente no se encuentran cercanos a los sindicatos sino que muchas veces los ven con hostilidad.
La huelga del 29S se hizo contra una reforma laboral, pero sobre todo se hizo en un contexto de más de 4 millones de parados y con sucesivos ataques a los derechos laborales y sociales, acompañados de inyecciones de grandes sumas de dinero a los bancos. Sin embargo, ni los desempleados ni los pequeños empresarios asfixiados por la banca tuvieron protagonismo alguno en la huelga. Lo mismo que la mayoría de los trabajadores precarios.

15M: la clase obrera que nos faltaba
El 15 de mayo y el 19 de junio cientos de miles de personas salieron a la calle a protestar alentados por los terribles efectos de la crisis, especialmente el paro. Unas manifestaciones que tuvieron un componente estudiantil importante, pero que difícilmente se puede reducir a él, puesto que sobre todo los que salieron a manifestarse fueron trabajadores. Trabajadores en paro, trabajadores del sector servicios, trabajadores precarios, trabajadores cualificados con titulaciones universitarias y, sobre todo, trabajadores menores de 40 años. El mismo sector de la clase obrera que tanto habíamos echado en falta el 29S ha tomado su protagonismo a partir del 15M.

Nuevas identidades, nuevas formas de participación política
Estos trabajadores producto de un nuevo modelo de organización del trabajo más flexible y desregulado, carecen de la identidad obrera que todavía conservan muchos de sus compañeros de la industria. No están afiliados por lo general a un sindicato, su voto está mucho menos ideologizado y no tienen una trayectoria de lucha obrera en sus centros de trabajo que permita a los jóvenes aprender de la experiencia de lucha de los mayores. Sin embargo, que carezcan de conciencia de clase (clase para sí) no quiere decir que no pertenezcan a la clase trabajadora (clase en sí), ni siquiera que no tengan un instinto de clase, puesto que dicho instinto los ha llevado a juntarse con otros trabajadores para luchar contra el poder económico-financiero.
La nula trayectoria política y sindical de estos trabajadores hace que no tengan experiencias de organización, salvo algunos de ellos en el ámbito de los movimientos sociales, donde las formas organizativas son mucho más flexibles. Sin embargo, muchos de ellos están cualificados y, sobre todo los más jóvenes, están altamente familiarizados con el uso de las nuevas tecnologías y muy en especial de Internet y las redes sociales. Quizá no se planteen acudir a una asamblea pero no dudan en apuntarse a un evento en Facebook por el mismo tema o a apoyar una causa a través de Internet, aunque no fuesen a una manifestación por esa misma causa.
Es necesario, por tanto, comprender el movimiento 15M y sus características, tanto ideológicas como organizativas, a partir del análisis de su sujeto social protagónico: la nueva clase obrera. Sin olvidar que este movimiento sí que tiene capacidad de integrar, por ejemplo, a autónomos, pequeños empresarios y, sobre todo, desempleados.

La convergencia del movimiento obrero sindicalizado y del movimiento 15M: la fuerza de la unión
El movimiento del 15M ha supuesto un soplo de aire fresco para una izquierda política, sindical y social que estaba anclada en la rutina, la inercia y el pesimismo. Ha despertado conciencias y ha puesto el conflicto social sobre la mesa y es que si había algo más insoportable que los 5 millones de parados era la paz social existente.
Ahora bien, se trata de un movimiento incipiente, mal organizado y con escasa capacidad de elaboración de propuestas, algo que si bien es un hecho no considero que sea criticable puesto que difícilmente podría ser de otra manera. Se trata, muy posiblemente, de un movimiento demasiado débil todavía para enfrentarse por sí sólo a los duros ataques del capitalismo más salvaje. Por eso, es importante que se una al movimiento obrero sindical, que la frescura de la lucha nueva converja con la experiencia de la organización obrera más tradicional.
Cierto que esta unión ha de ser prudente y paulatina, y hecha desde las bases. No se trata de que los sindicatos acudan a la próxima cita del movimiento 15M con sus banderas, sino de que los trabajadores en conflicto en su centro de trabajo apoyen y sean apoyados por los indignados, siendo todo un mismo movimiento popular y obrero. Si esta convergencia se produce, si el 15M madura tanto en lo organizativo como en lo ideológico y si los sindicatos mayoritarios abandonan la estrategia de concertación y apuestan por la lucha de clases, el resultado de esta guerra puede ser diferente al que los tecnócratas del FMI a sueldo de la banca internacional han diseñado.

jueves, 23 de junio de 2011

Crear poder popular





 Cientos de miles de personas salieron a la calle el 19 de junio contra el Pacto del Euro en todas las ciudades españolas en lo que ya es una de las mayores movilizaciones desde la Transición. La gente ha respondido masivamente a las convocatorias de Democracia Real Ya; las acampadas han significado algo que va más allá de una mera reunión de personas o de visualización de masas; pero aun hay algo mucho más importante: el espíritu del 15M está llegando a los barrios.

Los que participamos en las acampadas sabíamos que, pese al gran número de personas que nos estábamos organizando, sólo éramos una pequeña parte de lo que debíamos ser; podíamos representarnos a nosotros, a los cientos que estábamos allí en ese momento, en ese instante, pero no podíamos representar al movimiento en su conjunto. No podíamos representar los anhelos de democracia y justicia social que se habían despertado por fín, y eso no debemos perderlo de vista. Ni DRY, ni las acampadas ni las organizaciones herederas de estas. Lo que podíamos hacer era construir para que llegara el momento en que algo sí que pudiera representar. La creación de asambleas y foros vecinales comienza a acercarnos ese objetivo. Sin prisa pero sin pausa, tenemos que arrimar el hombro para que cada barrio de cada ciudad se constituya en actor político y articular una estructura para coordinar los barrios entre sí y después, las ciudades entre sí.

Una vez movilizado el que hasta un mes era considerado el sector más apático de la sociedad -la juventud- hay que movilizar a los adultos. Es hora de que la ciudadanía hable, se informe, debata y llegue a conclusiones. Que siga el hilo que conecta sus problemas a los problemas globales de la sociedad, encuentre al enemigo común y que encuentre soluciones colectivas y plantee alternativas al sistema económico y político irracional y destructivo que prentende llevarse por delante los derechos que la humanidad ha conquistado tras siglos de luchas, cárcel, tortura, muerte y exilio. No sólo debemos ceñirnos a los problemas coyunturales que padecemos en nuestros barrios -que también- sino dejar la verdad al desnudo y dejar a la vista de todos que las raices de todos nuestros males se encuentran muy arriba, que el sistema está podrido desde lo más bajo a lo más alto; y en consecuencia, debemos ir a por ellos, a los que no obedecen a nadie más que a sí mismos, a la banca internacional, a las grandes empresas, que dictan a nuestros políticos lo que deben hacer.

Lo realmente importante de lo que está pasando ahora mísmo es que ahora el barrio X de la ciudad X tiene mucho que decir sobre Europa y su construcción neoliberal. Las asambleas de ciudadanos tienen la osadía y el descaro de decirles a los grandes capitalistas internacionales ¡Ya basta!. La labor que tenemos en marcha en los barrios puede no parecer tan espectacular como una gran manifestación, puede no ser tan polémica e inquietante como tener las plazas de España ocupadas por campamentos... pero es la más peligrosa de todas. Es un rumor que va creciendo lentamente pero que poco a pocodebe terminar en una tormenta perfecta que haga temblar los cimientos del sistema.

Grecia es el anticipo de lo que nos espera. Preparémonos para la batalla. En estas semanas, una de nuestras pequeñas victorias ha sido la de recuperar el lenguaje revolucionario, hemos recuperado para uso común la palabra "compañero/a" con la carga emocional y política que ello conlleva. Un proceso de tomar conciencia exitoso inevitablemente conducirá a identificar los problemas de los griegos como los nuestros y en consecuencia, a los griegos como nuestros hermanos, nuestros compañeros. Griegos, portugueses, italianos... levantemos la bandera del Internacionalismo y empujemos la #europeanrevolution.

Pero volvamos a la tarea de hoy, tomando prestado un término del Chile de Salvador Allende: crear poder popular. Debemos crear el poder popular en barrios, centros de trabajo y de estudio. Organizar las asambleas hasta que desemboquen en una gran asamblea general que plantee sus condiciones al sistema y a los políticos que lo sostienen. Y si el sistema no quiere darnos lo que es nuestro, se lo arrancaremos de las manos.

domingo, 19 de junio de 2011

QUE NO NOS MATE LA ESTUPIDEZ

Cantaba Ana Belén en la letra de su canción "Yo también naci en el 53 aquello de:
"No me pesa lo vivido, me mata la estupidez de enterrar un fin de siglo distinto del que soñé..."

y yo no puedo dejar de pensar en toda esa gente que nació allá por el 53. Esas personas que lucharon y se movilizaron por hacer que España se zafase de las cadenas de la dictadura; Esas personas que querían que sus hijos naciéramos en un país democrático y libre.

Muchos de ellos transmitieron, a los hijos que engendraron ya en libertad, los valores que les habían movido a ellos: Nos enseñaron a pensar, a ser críticos, a querer siempre más y mejor.

Pero… ¿qué hay de los otros? ¿Porqué se han acomodado? ¿Porqué no explicaron a sus hijos? ¿Dónde están ahora? ¿Y qué han estado haciendo todo este tiempo? ¿Se han creído el cuento de la transición? ¿Ni siquiera ahora se dan cuenta de que les timaron? ¿No se rebelan ante ello?
Me inquietan estas preguntas pero estoy dispuesta a no ser contestada, estoy dispuesta a pasar por alto el deber de los padres a sus hijos de educarles como personas, como ciudadanos. Todavía están a tiempo, todavía pueden hacer algo por esos hijos, por este país, por sus nietos.

La memoria es importante. La memoria colectiva es la suma de las memorias individuales y éstas experiencias deben ser transmitidas de generación en generación, no sólo para no repetir errores, también para contribuir, también para construir la historia, también para progresar.

Y ¿qué hay de esas personas que nacimos entre los 70 y los 80?, ¿Qué estamos haciendo? Que algunos de nuestros padres se acomodasen y no se hayan dado cuenta de la mentira vivida en todo este tiempo, no nos excusa de nuestra cloroformización mental. No podemos justificar nuestra apoplejía política echando balones fuera. Este es un buen momento para retomar lo que nuestros padres dejaron inacabado.

Somos los herederos de aquellos que lucharon y por ello, debemos saltar, debemos rebelarnos, debemos utilizar todos nuestros recursos, que los tenemos: somos una generación muy bien formada, mejor que las anteriores y que las posteriores.

A las primeras les debemos el honor de haber sido educados en libertad y a las últimas les debemos la lucha para que sean educados, al menos, como lo fuimos nosotros.

Desgraciadamente, la educación es el instrumento para manipular al pueblo, como decía el instruido revolucionario Ernesto “Che” Guevara: “ un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de engañar” y esto es lo que el poder quiere y lo que ha ido haciendo en todos estos años. El poder nos ha enseñado aquello que nos iba a hacer personas “productivas” pero no nos ha enseñado a aprender aquello que nos haría personas humanas. Han ido cambiando las leyes en materia de educación, los planes de estudio, etc. Para que cada vez seamos menos peligrosos, pensemos menos por nosotros mismos y sepamos menos de nosotros mismos.


Tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hijos y tenemos la responsabilidad de ayudar a los que han llegado después. Estudiemos, compartamos y luchemos para
QUE NO NOS MATE LA ESTUPIDEZ.

viernes, 17 de junio de 2011

jueves, 16 de junio de 2011

Por qué estamos contra el Pacto del Euro y por qué debemos salir el 19J


Pacto del Euro

Desde puestos de la Europa más neoliberal se ha creado un pacto que será aprobado pese a las muchas quejas de los ciudadanos.

Los mercados (las grandes empresas y la banca) demuestran una vez más que tienen el poder y la última palabra sobre las tomas de decisión en los países.

El pacto consta de cuatro principales pilares que será lo que le de su impopular trato.

1.Compromiso de mantener la sostenibilidad financiera

Para hacer frente a la deuda contraída con los mercados y ser competitivo, se apostará por bajar los sueldos y trabajar más horas de las que están establecidas. Se efectuará la descentralización de la negociación, lo que implicará que si un trabajador tiene algún problema en su puesto de trabajo, no podrá acudir a nadie que le ayude a solventar dicho problema, tendrá que ceder ante los chantajes a los que se le someta.

Puesto que los funcionarios son un ejemplo a seguir para los ciudadanos, se disminuirán los sueldos de estos para que sirva de precedente ante el sector privado y así se equiparán a la baja. Acompañado de una intensiva campaña de desprestigio hacia el sector público para que la ciudadanía vea dichas medidas
con buenos ojos. 
Los únicos beneficiarios serán única y exclusivamente las grandes empresas y la banca privada, ya que sus medios de producción están distribuidos de forma estudiada para evitar problemas en lugares determinados. Los grandes perjudicados serán los trabajadores, pequeños y medianos empresarios (los cuales crean el 70% de los puestos de empleo), que se verán afectados por todas las medidas propuestas, que no tienen otra función que exprimir a la clase trabajadora.
Se reducirán la inversión de las empresas en la seguridad social y prevención de riesgos laborales, entre otras medidas que ayudan a mejorar la productividad eficiente.
Se propone fomentar el I+D y la educación, pero como es sabido, requiere una gran inversión de dinero público, de lo cual se proponen medidas para evitar esto mismo. Una solución a esto pasaría por la privatización de ambos servicios, que siempre es malo para los ciudadanos.
Para ser más competitivos, palabro que suena muy bien, se reducirá la calidad y el precio de los productos, de este modo podremos competir con países como China, por ejemplo. Con países donde los trabajadores apenas tienen derechos.
El pacto del Euro se aplicará a todos aquellos países que conformamos la Unión Europea, que es donde se producen la mayoría las exportaciones de sus integrantes. El problema está en que para que haya competitividad, se tienen bajar los salarios (como ya se apuntaba antes) y bajará la economía de toda la
zona Euro, por ende, las exportaciones también caerán, reduciéndose no solo la economía del Euro si no también la de los propios pases. Es un perro que se intenta morder la cola, peor como no llega, corre más deprisa, queriendo ser más pobres para que el vecino que también se vuelve más pobre te intente comprar a
ti, cuando él tampoco tiene dinero que gastar.

Otra de las grandes ideas del pacto es retirar las subvenciones a todos aquellos sectores realmente vulnerables sin invertir en posibles salidas y/o soluciones. La agricultura, la pesca y la minería serían algunos de los sectores más afectados con esta reforma.

2.Impulso del empleo

Se propone una gran flexibilidad a la hora de contratar y despedir, amén de poder cambiar la especificación continua de los empleados, que supone un gran gasto económico como ya se comprobó en Dinamarca.
Se pide fomentar el trabajo temporal con la ayuda de las ETT’s, que implican gran inestabilidad para la economía del país. Volviendo al tema de la reducción salarial, también se añadiría bajar las cotizaciones sociales, lo cual pondría en peligro las arcas de la seguridad social de aquí a un futuro inminente.
En cuanto a impuestos, el IVA subiría hasta rondar el 28% para todas las clases sociales e independientemente del producto adquirido, entre los que se encontrarían los productos de primera necesidad como el arroz.

3. Incremento de la sostenibilidad económica pública

Este apartado se podría resumir en un inmenso recorte del sistema del bienestar, entre esto se incluye la privatización de la educación, la sanidad, los fondos de pensiones, las prestaciones sociales y una gran lista interminable.
Las empresas que produzcan beneficios, como los aeropuertos, serán susceptibles de ser privatizadas por la empresa que el gobierno (o los mercados) consideren oportuno.
Los gobiernos deberán de crear deuda con los bancos para que haya “continuo movimiento económico” y los bancos sean competitivos. La deuda de los gobiernos no podrá ser superior del 3%, cifra profundamente
estudiada por economistas que demuestra que los países no terminan de liberarse por completo de la crisis y de este modo los bancos pueden ejercer presión para poner el precio que deseen a las empresas públicas que quieran privatizar.
Todas estas medidas serán tomadas como “fe única” y se blindarán con leyes marco o dentro de la propia constitución si hiciese falta. De este modo sería imposible cambiarlas y/o modificarlas sin la exclusiva aprobación de 3/5 partes del Congreso y del Senado.

4. Refuerzo de la estabilidad financiera

Se realizarán pruebas de resistencia bancaria, o eso dicen, pero tan solo hace falta recordar como los bancos irlandeses salieron con buena nota y una semana después necesitaban una inyección de dinero público de 80.000 millones de euros.
Las cajas de ahorro se sanearán con dinero público para pasar a manos privadas por un precio irrisorio, como piruleta de regalo en las transacciones del gobierno con grandes empresas.
Si una empresa tiene problemas de solvencia económica, será ayudada con préstamos de dinero público.
Si se da algún problema económico en el país, la solución vendrá desde fuera.

miércoles, 15 de junio de 2011

Todo va según lo previsto. Hoy, la criminalización.

Los medios estaban aguardando una ocasión como ésta. Podría haber sido en Madrid, o en Zaragoza, o en Valencia; ha sido en Barcelona, una vez más, pero no importa, en cuanto han olido que el movimiento da muestras de debilidad, han cargado las tintas como era de esperar. Los miembros del 15M han intentado evitar el acceso de los parlamentarios para que no votaran el brutal recorte de servicios públicos que se pretende perpetrar.

La Triple Alianza de PP-PSOE-CiU ha bramado reivindicando su "libertad" y su legitimidad salida de las urnas para negar la de los cientos de las miles de personas que bloqueaban la entrada de los diputados del parlamento catalán. El lenguaje usado por algunos políticos al referirse a los concentrados ha sido muy similiar al que usan cuando se refieren a ETA, hablando de si mismos como "los demócratas", reivindicando su libertad para ejercer la política, etc. Por lo visto, a la lideresa del PP de Cataluña, Alicia Sanchez Camacho, ya no le gusta el movimiento 15M. Ignoramos si alguna vez le gustó. Pero antes de valorar el discurso de este Eje del Mal, dejar claras un par de cosas:
 

Primero que ha habido algún conato de violencia con el que no podemos estar de acuerdo. La violencia en el actual estado de las cosas, y teniendo en cuenta la dificultades de organización del Movimiento 15M, solo beneficia al poder establecido. Queremos denunciar de la misma forma la presencia de infiltrados policiales, que en más de una ocasión animan a los alboratores e incluso inician los incidentes. Como muestran estas imágenes en las que los manifestantes descubren un grupo de alboratores con la cara tapada en muchos casos, que resultan ser policias infiltrados (presumiblemente Mossos). De obligada difusión:



Tampoco estamos de acuerdo con extender el rechazo y el desprecio a todos los políticos. Queremos una reforma de la política, de las formas de hacer política, queremos participación, democratizar los partidos y las instituciones... pero no estamos contra los partidos políticos per se. No despreciamos a "los políticos". No vamos a entrar en esa deriva apolítica destructiva. No tenemos ninguna duda que de los siete partidos del parlamento, ni mucho menos todos tienen la misma responsabilidad que el Eje, especialmente aquellos que votarán en contra de los recortes de Artur Mas. Y de la misma manera, abominamos del trato recibido por Cayo Lara en la concentración contra los desaolojos en Madrid. Muchos participantes de las acampadas eran militantes de partidos de izquierdas... que dejaron sus siglas en un cajón para unirse al movimiento según las condiciones del propio movimiento ¿podrían hacerlo hoy? Otro día tendremos que hablar de los colectivos políticos que operan bajo el "apoliticísmo" pero que tienen unas muy bien definidas ideas políticas.

Pero hecha la necesaria autocrítica al movimiento, hablemos de la legitimidad tan cacareada desde las tribunas de los parlamentos. "...ha habido 3.200.000 ciudadanos que han votado a esos representantes que han sido agredidos" decía Ramón Jáuregui, ministro de Presidencia, esta mañana.

Bien. Hablemos entonces de si esos partidos que tantos votos recibieron, llevaban en sus programas electorales el recorte de los servicios públicos, si prometieron destruir la sanidad pública y preparar el camino a su privatización. Ni el PP quiso plantearlo (aunque quiera hacerlo). ¿Que piensan estos personajes que saldría en un referéndum en el que se preguntara si el pueblo quiere recortar en sanidad, ecudación...? Todos lo sabemos. Hasta en la Italia de Berlusconi el pueblo a votado en referéndum NO a las medidas neoliberales.

Hablemos de la ley electoral que beneficia exageradamente a los partidos mayoritarios y castiga vilmente a los demás. 
Hablemos de a qué intereses sirven los diferentes medios de comunicación. A qué interés político responden La Vanguardia, El País, El Mundo, TV3, Antena3, La Sexta... no por casualidad, a CiU, PSC, PP. Y hablemos de los medios de comunicación que responden a ERC, ICV-EUiA, Ciutadans, CUP... ninguno.

Una vez hayamos hablado de todo esto, entonces veamos quien tiene más legitimidad. Por un lado unos señores que una vez electos se tornan en pequeños dictadores que se desdicen de sus programas electorales y sacan de cajón secreto todo el plan para desmontar el estado del bienestar -que tan bien se afanaron en ocultar durante la campaña electoral. Y por otro lado, ciudadanos que reclaman honestidad, justicia y democracia, y que la reclaman con resistencia pasiva...Incluso a pesar de las actitudes con las que no estamos de acuerdo, la legitimidad es de los ciudadanos, de los indignados. Otro tema es si no nos va  salir el tiro por la culata en estas acciones masivas, máxime cuando no hay una organización que pueda controlar a los provocadores.

Sabíamos que la criminalización tenía que llegar. Hubiera dado lo mismo que se hubiera tratado a los diputados con más educación. Hubiera dado lo mismo que no hubiera habido ningún spray de colores ni mondas de mandarina. Meterse directamente con ellos, sacudir su torre marfil, hacerles pasar vergüenza, obligar a que cojan helicópteros... es más de lo que determinada casta que se cree por encima del populacho puede soportar. Así que los motores de la brunete mediática han calentado y ha llegado el momento de satanizar al 15M, de desprestigiarlo. Y esto no es nada comparado con lo que vendrá cuando seamos peligrosos de verdad.

Todo va según lo planeado.

martes, 14 de junio de 2011

Y aún nos queda lo más dificil

La explosión del fenómeno 15M ha dejado en evidencia muchas cosas; unas buenas y otras no tan buenas. Tras la movilización continua y sostenida es momento de pararse y coger aire para tratar de ver las cosas con perspectiva. Hay sectores que han pretendido continuar las acampadas a modo de resistencia numantina, postura con la que no hemos estado de acuerdo, y nuestro argumento se ha visto reforzado con la evidencia que la etapa de las acampadas llega a su fin.

Debemos ser conscientes de que lo vivido este mes de mayo ha sido la mayor movilización social vista en España desde los años ochenta. No pongo al mismo nivel las movilizaciones contra la guerra de Irak porque, pese a ser masivas, sólo tenían por objeto el rechazo al apoyo a dicha guerra, sin cuestionar el modelo de sociedad. Y no menos importante, la mitad necesaria del establishment (PSOE, PRISA…) activó y desactivó las movilizaciones según su conveniencia.

El movimiento al que hemos asistido tiene una trascendencia sólo comparable a las grandes movilizaciones de la transición y sus ecos en el movimiento anti-OTAN. El 15M ha cuestionado tanto aspectos esenciales del “consenso de la transición” como el sistema capitalista neoliberal global que nos gobierna actualmente. Entre los éxitos de esos días tenemos que destacar: 1) La toma de conciencia política en una gran mayoría de la sociedad. 2) Terminar con el “There Is No Alternative” y la resignación; tener la certeza de que hay alternativas a este sistema. 3) El ánimo de la gente de querer tomar parte y ser un actor político de primer orden. 4) La solidaridad y la cooperación han vuelto a irrumpir en escena con fuerza y demostrando su superioridad frente al individualismo neoliberal que tanto se han esmerado en sembrar en nuestras conciencias. 5) La legitimidad del sistema político ha sido totalmente puesto en cuestión.

Pero 20 años de silencio y de desmovilización política de las capas populares no nos han salido gratis. La incapacidad del fenómeno acampada para elaborar propuestas concretas tiene su raíz aquí.

Dentro del 15M existe una tendencia, hegemónica en los primeros días, que hace un análisis de la situación política y económica correcto y que carga las tintas contra el bipartidismo turnista, consecuencia directa de la injusta ley electoral (pero no sólo). Identifica a la banca como el responsable principal y pide que la ate en corto, poniendo a la economía al servicio de los ciudadanos y no al contrario. Pero también existe otra, que ha crecido en influencia con el paso de los días y que se ha visto amplificada con el método del hiperconsenso usado en las asambleas.

El método del hiperconsenso se ha revelado no sólo como ineficaz sino como perversamente antidemocrático, pese a ser mostrado como la máxima expresión de la voluntad popular por sus defensores. Primero se somete a aprobación una propuesta con una formulación ya precocinada (por alguien que no ha sido elegido democráticamente); después sólo se permiten opiniones que estén en contra de dicha formulación y se veta el debate; el requisito de que las opiniones en contra sean “inclusivas” y no puedan cuestionar de base la formulación inicial; las asambleas maratonianas interminables impiden que los trabajadores, padres, madres, estudiantes… no puedan asistir al proceso completo de toma de decisiones… y un largo etcétera que tampoco es objeto de este texto. La toma de decisiones por este procedimiento tiene unos padres ideológicos, bien instalados en los campamentos: sectores herederos del movimiento antiglobalización, posmodernos (la “autonomía”) y sectores más o menos ácratas (bien diferenciados del anarcosindicalismo). Es un hecho que estos sectores han impulsado estos métodos, pero no es menos cierto que esto hubiera sido imposible sin la aquiescencia de un buen número de las personas que participaban en las acampadas y que se acercaban a la lucha política por primera vez. Ha sido debido a varias causas; una puede ser la inexperiencia de muchas de estas personas que se ha dejado arrastrar por gentes que parecían como saber organizar la toma de decisiones, pero no sólo eso. Aquellos sectores que defendían el voto en asamblea no han sabido ganarse a esa gente. Sin duda, tendremos que hacer todos la parte de autocrítica que nos corresponde, pero hay un tema fundamental que no se nos puede olvidar: el rechazo de todas estas personas a lo podrido y corrupto del sistema también se ha traducido en un rechazo a todo lo demás, en concreto al hecho de votar. Se confunde el voto que confiere un poder representativo con el voto en asamblea, el voto directo, y se mete todo en el mismo saco. Se identifica a los partidos políticos como un mal en sí mismo sin atender ni a sus programas electorales ni a los políticos honrados y consecuentes que haberlos, haylos.  Esta  es la “otra” tendencia.

Evidentemente, si esta gente identifica el Mal supremo con votar, con expresar apoyo o preferencia por una opción u otra de las que se le presentan, entonces se lanzará en brazos de aquellos que le presenten otro método de decisión colectiva. Esto sólo es fruto de la ignorancia más absoluta, de la ruptura con las experiencias  y tradiciones políticas y organizativas de los trabajadores; del “adanismo” que rechaza todo análisis del contexto histórico y renuncia a estudiar toda forma de organización anterior. Es el resultado de veinte años de desideologización interesada, de caer en las garras del populismo mas atroz, de los ataques continuos desde la ideología dominante al concepto de política. 

Esta otra tendencia, producto del mas terrible analfabetismo político, es azuzada por los  sectores anteriormente mencionados, pero es peligrosa.  Atacar al “político” por el hecho de serlo, atacar directamente al derecho al voto -por el que tanta gente dejó su sangre-, cargar las tintas contra las instituciones y dejar en un segundo plano a los poderes capitalistas, la banca, la patronal… allana en camino a las ideas mas ultraliberales y populistas, carne de la ultraderecha “libertariana”. Se critica a los sindicatos mayoritarios por su nefasta actuación, pero lo que permanece en algunas mentes es el rechazo al sindicalismo. Se critica a la clase política, pero en el aire queda el eco contra el ejercicio de la política. 

Que seamos un movimiento masivo y complicado de organizar no significa que no debamos ser rigurosos. La otra gran conclusión que debemos sacar de toda esta experiencia es que ahora debemos dedicarnos a la titánica tarea de la formación, de debatir serenamente, de explicar a la gente quien es el enemigo y como trabaja, a que intereses sirve… y sobre todo quienes somos nosotros, qué nos define, qué intereses comunes tenemos y cuales pueden ser las formas de conseguirlos. Una vez pasada la necesaria explosión anárquica de manifestar la indignación por el panorama social, hay que vencer los comportamientos apolíticos, las falaces salidas individuales a los problemas colectivos, las sectas raras, las actitudes maximalistas, los sectores que se quedan en la autocomplacencia de una supuesta superioridad  moral y que no dejan avanzar…

Lo más arduo aun está por llegar. El camino a una sociedad mejor es largo y accidentado… pero al menos lo hemos encontrado de una vez.

Strummer