Cantaba Ana Belén en la letra de su canción "Yo también naci en el 53 aquello de:
"No me pesa lo vivido, me mata la estupidez de enterrar un fin de siglo distinto del que soñé..."
y yo no puedo dejar de pensar en toda esa gente que nació allá por el 53. Esas personas que lucharon y se movilizaron por hacer que España se zafase de las cadenas de la dictadura; Esas personas que querían que sus hijos naciéramos en un país democrático y libre.
Muchos de ellos transmitieron, a los hijos que engendraron ya en libertad, los valores que les habían movido a ellos: Nos enseñaron a pensar, a ser críticos, a querer siempre más y mejor.
Pero… ¿qué hay de los otros? ¿Porqué se han acomodado? ¿Porqué no explicaron a sus hijos? ¿Dónde están ahora? ¿Y qué han estado haciendo todo este tiempo? ¿Se han creído el cuento de la transición? ¿Ni siquiera ahora se dan cuenta de que les timaron? ¿No se rebelan ante ello?
Me inquietan estas preguntas pero estoy dispuesta a no ser contestada, estoy dispuesta a pasar por alto el deber de los padres a sus hijos de educarles como personas, como ciudadanos. Todavía están a tiempo, todavía pueden hacer algo por esos hijos, por este país, por sus nietos.
La memoria es importante. La memoria colectiva es la suma de las memorias individuales y éstas experiencias deben ser transmitidas de generación en generación, no sólo para no repetir errores, también para contribuir, también para construir la historia, también para progresar.
Y ¿qué hay de esas personas que nacimos entre los 70 y los 80?, ¿Qué estamos haciendo? Que algunos de nuestros padres se acomodasen y no se hayan dado cuenta de la mentira vivida en todo este tiempo, no nos excusa de nuestra cloroformización mental. No podemos justificar nuestra apoplejía política echando balones fuera. Este es un buen momento para retomar lo que nuestros padres dejaron inacabado.
Somos los herederos de aquellos que lucharon y por ello, debemos saltar, debemos rebelarnos, debemos utilizar todos nuestros recursos, que los tenemos: somos una generación muy bien formada, mejor que las anteriores y que las posteriores.
A las primeras les debemos el honor de haber sido educados en libertad y a las últimas les debemos la lucha para que sean educados, al menos, como lo fuimos nosotros.
Desgraciadamente, la educación es el instrumento para manipular al pueblo, como decía el instruido revolucionario Ernesto “Che” Guevara: “ un pueblo que no sabe leer ni escribir es un pueblo fácil de engañar” y esto es lo que el poder quiere y lo que ha ido haciendo en todos estos años. El poder nos ha enseñado aquello que nos iba a hacer personas “productivas” pero no nos ha enseñado a aprender aquello que nos haría personas humanas. Han ido cambiando las leyes en materia de educación, los planes de estudio, etc. Para que cada vez seamos menos peligrosos, pensemos menos por nosotros mismos y sepamos menos de nosotros mismos.
Tenemos la responsabilidad de educar a nuestros hijos y tenemos la responsabilidad de ayudar a los que han llegado después. Estudiemos, compartamos y luchemos para
QUE NO NOS MATE LA ESTUPIDEZ.
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